Adrián Burgos compitió en los Estados Unidos y obtuvo el segundo mejor tiempo.Desafió a los mejores en el reto de la marca Caterpiller. Pero aún no consigue trabajo.
La historia de Adrián Víctor Burgos es increíble. Es uno de los mejores maquinistas del continente y no tiene trabajo. Su eficacia en el manejo de equipos pesados está catalogada entre equipos de amplia trayectoria de Brasil, Perú y Chile. Incluso cuando fue premiado en Estados Unidos, los organizadores de "El Desafío Mundial de Operadores de Caterpillar" no podían creer que este maquinista de Campo Quijano aún no tiene propuestas de trabajo en Argentina.
Mesurado al hablar, Burgos cuenta que tiene algunos ofrecimientos, pero nada serio por el momento. Su campo de entrenamiento fueron las máquinas de áridos en el río Toro y luego en algunas empresas mineras de la Puna salteña. Su trabajo fue cíclico. Nada permanente. Hasta que buscando nuevas oportunidades se anotó en la clasificatoria de Argentina para el Desafío Mundial de Operadores 2019. Entre 300 inscriptos, Burgos ganó la competencia nacional realizada en octubre pasado en la ciudad de Rosario, en la provincia de Santa Fe.
A pesar de no tener empresa a quien representar, viajó como pudo al torneo internacional en la ciudad de Clayton, en Carolina del Norte, lugar de Estados Unidos en donde la Caterpillar tiene su fábrica y el campo de entrenamiento vial.
"Era un desafío personal estar en esta competencia. Sabía que me iba a topar con equipos muy profesionales como los brasileños o los peruanos, ellos entrenan para este tipo de pruebas a nivel mundial. Yo tengo mi experiencia de 10 años trabajando en la Puna y en los áridos en Quijano. Nunca me imagine quedar atrás del mejor equipo del continente", cuenta su destreza Adrián Burgos.
Nacido en Rosario de Lerma y hacedor de su oficio en Campo Quijano, el maquinista no rezonga por la falta de trabajo en la actualidad. "Como la competencia decía premios y reconocimientos a los ganadores, pensaba que algunos dólares ligaría (sonríe). Pero no fue así, se suponía que todos los competidores estaban registrados en alguna empresa. Yo fui admitido porque gané en Argentina en la competencia clasificatoria y me avalaban los certificados de trabajo que presenté de las mineras en donde estuve como maquinista".
Así todo, corriendo con desventaja con respecto al resto de los equipos sudamericanos, Burgos volvió a mostrar habilidad, destreza, rendimiento y seguridad con máquinas pesadas del tipo 416F2, 966L, 320 de última generación y un minicargador 239D. "Algunas de estas máquinas tienen joystick para su manejo. Me las vi negras en algún momento de la competencia, pero salí adelante. Enseguida pude domesticarlas y terminé todas las pruebas con el segundo mejor tiempo detrás del equipo Caterpillar de Brasil", describe su hazaña Adrián Víctor Burgos.
Con las máquinas debió realizar pruebas de habilidad y destreza, tales como demostrar que con los brazos del equipo podía levantar pelotitas de tenis y poder ubicarlas en el interior de un recipiente en el menor tiempo posible. El campo de Caterpillar en una pequeña ciudad permitió la competencia entre alrededor de 12 operadores de distintos países.
"La competencia continental fue en Estados Unidos. Agradezco a la empresa Finning Argentina por haberme dado la posibilidad de competir en el torneo nacional".
Ahora el gran desafío de Burgos es conseguir trabajo. Con 33 años, espera una respuesta de una minera de Jujuy, y tuvo contactos con empresas del sur del país. "Es difícil hallar este tipo de operadores de máquinas en el país. De afuera tuve ofrecimientos, pero no es mi idea irme por el momento. Me puse en contacto con varias empresas, pero hasta hoy no tuve respuestas afirmativas".