Nélida Jerez, oriunda de Finca El Toro, explicó que la medida perjudica a la gente del campo que viene del interior a la ciudad de Salta a comprar cohetes para espantar a los pumas. “Cualquier depredador se asusta viendo fuego o un humo gigante”, dijo.
campo
Tras la aprobación de la ordenanza ad referéndum que prohíbe el uso y comercialización de la pirotecnia sonora, Nélida Jerez, de 40 años, en diálogo con InformateSalta, consideró que la medida “perjudica a la gente del campo que viene del interior a la ciudad de Salta a comprar cohetes para defensa personal”.
La mujer, quien es oriunda del paraje “Pancho Arias”, en Finca El Toro pero por cuestiones laborales reside en la ciudad capital, explicó que utiliza la pirotecnia para espantar a los depredadores y evitar que le hagan daño. “Cualquier depredador se asusta viendo fuego o un humo gigante, siempre cuando voy tiro dos cohetecitos”, manifestó.
En ese marco, detalló que consideró comprar un arma pero no cuenta con dinero y desconoce si podrá manejarla. "El año pasado en varias oportunidades me bramaron pumas en la noche. Si alguno me ataca a mí o a mi madre que ya tiene 80 años se van a tener que hacer cargo”, sostuvo.
Nélida, quien es madre soltera, pidió que se establezcan excepciones. “Que nos pidan que presentemos el documento, yo en el campo uso los petardos, esos que revientan fuerte, no los globitos porque esos no me sirven”, manifestó a InformateSalta.
Asimismo señaló que la solución sería que la gente tome conciencia sobre el correcto uso la pirotecnia. “Siempre tiene que haber supervisión de un adulto, para que los chicos no se manden a tirarles cohetes al animalito”.
Falta de servicios y un camino intransitable
La mujer comentó que hay un camino de vehículo pero ahora está intransitable. “Para llegar hay una huella de vehículo pero está cortado por la lluvia, yendo con palas capaz que se puede arreglar, desde la existencia del camino nadie lo limpió ya hace más de diez años hay zanjas y mucha arena, el municipio si es que tuviera la voluntad puede ir y pasar la máquina”.
Asimismo comentó a InformateSalta que debe caminar aproximadamente 20 kilómetros para poder tomar colectivo que va a San Antonio de los Cobres. “Yo me bajo en Las Cuevas y desde allí camino hacia casa”, dijo.
También manifestó que no cuentan con luz eléctrica ni agua en cañería. “No tengo luz eléctrica, agua potable, no tengo nada, yo tengo que acarrear agua en bidones de 5 litros por aproximadamente 3 kilómetros de distancia para dejarle para el consumo de mi mamá porque ella tiene artrosis y ya no puede acarrearse leña ni agua”.
Por último, enfatizó que solicitó a la municipalidad de Campo Quijano en el 2017 la instalación de paneles solares pero no tuvo respuestas. “En el 2018 pusieron para los vecinos y no le pusieron para mi mamá, me siento discriminada hay gente que tienen dos paneles y a nosotros nunca llegaron a hacer la instalación. Nosotros nos manejamos con la linterna”, finalizó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario