El colegio secundario de montaña festeja una década de su creación gracias a la incasable labor del sacerdote. Cientos de chicos de la zona pudieron terminar sus estudios sin tener que irse de sus lugares de orígenes.
El 5 de diciembre de 2009 uno de los sueños de Sigfrido Maximiliano Moroder, popularmente conocido como "Padre Chifri", se volvía una realidad: inauguraron el Colegio Secundario de Montaña “El Alfarcito” Nº 8214, que permitiría a cientos de adolescentes de la zona poder educarse sin alejarse demasiado de sus lugares de origen.
Hoy toda la comunidad se vestirá de fiesta para conmemorar con un acto formal los 10 años de su creación y desde InformateSalta quisimos conocer, desde adentro, como fue el trabajo que se desplegó durante todo este tiempo.
“El trabajo, durante los primeros dos años fue muy bueno con la presencia del padre Chifri que era el motor, el que generaba cosas y la verdad que uno se sentía a gusto y a veces cansado porque siempre generaba nuevas cosas, él era el motivador nato,” contó Daniel López, secretario del colegio.
Un tiempo después, en noviembre de 2011, un infarto los dejó sin su tan querido padre Chifri y para ellos fue todo un reto continuar, pero lo hicieron con la misma pasión que el sacerdote les inculcó. Su ausencia se sentía y costaba, sin embargo siguieron adelante logrando ya el egreso de 6 promociones con un promedio de 20 chicos por año.
Colegio El Alfarcito
“El objetivo del colegio es que la gente se quedara en los cerros, que los jóvenes se quedaran y hoy por hoy se garantiza eso, se garantiza la obligatoriedad que está establecida por ley a la educación secundaria. Y si bien es algo que se lo ve como obvio, a gente que tiene que recorrer 12 horas caminando para llegar a una ruta y de ahí tomar un colectivo para llegar el colectivo es prácticamente imposible terminar el secundario. Entonces el colegio ha sido ideado y puesto en funcionamiento y le amplia los derechos de los chicos de conocimiento,” expresó Daniel.
El colegio, además, cuenta con un albergue que tiene 75 camas para chicas y 75 para chicos, un total de 150 plazas, lo que les da la posibilidad de descansar de lunes a viernes y en algunos casos hasta los fines de semana.
“En el 2019 la matrícula es de 128, es un bachiller con orientación en Turismo, pero tiene a contraturno talleres de carpintería, cerámica, teatro, construcción, agronomía. Eso hace que una jornada normal se convierta en extendida y tengan clases desde las 9 a las 17 horas. Después tienen hora de albergue y sus actividades terminan a las 22,” explicó.
De esta manera un proyecto único en la provincia, de un colegio albergue mixto y en medio de las montañas de la Quebrada del Toro va creciendo cada día más y bridando la posibilidad de estudiar a cientos de chicos que antes no tenían como hacerlo. ¡Feliz aniversario!
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