El padre Sigfrido Maximiliano Moroder, al que llaman Chifri desde que
era niño, había sufrido un accidente hace tiempo atrás en un parapente, pero,
además, venía recuperándose de una quebradura en una de sus piernas. Se levantó
como todas las mañanas bien temprano para realizar sus ejercicios de
rehabilitación. Desayunó, pero, de repente, sufrió una descompensación. Un
infarto del que no pudo salir. En el momento del fallecimiento se encontraba en
la casa de unos amigos en San Lorenzo.
Era el misionero de los cerros y su vida pasaba por la tareas sociales
de los que menos tienen. Chifri creó El Alfarcito, un establecimiento educativo
secundario modelo en el país por su ubicación en medio de los cerros y por su
proyecto de inclusión.
Recibió el premio y la bandera de Argentina Solidaria 2010. Además
realizó un corto que se titulaba “Al fondo de Alfarcito”. Los responsables
fueron los alumnos de entre 12 y 16 años que asisten a la institución educativa
que él dirigía.
Sin dudas que es una gran pérdida para toda Salta la del Padre Chifri,
un hombre dedicado ciento por ciento a los humildes. Sus obras trascendieron la
frontera de Salta y la Argentina.
Algunos datos de su vida:
Su experiencia física y emocional de rehabilitación lo inspiró a
escribir el libro "Después del abismo" con el propósito de transmitir
Fe, espíritu de lucha, y fibras humanas tocadas por el dolor, la esperanza y la
pasión por el bien.
Sigfrido Maximiliano Moroder, el Padre Chifri, había nacido en Buenos
Aires en 1965. Su vocación religiosa se despertó cursando el último año del
secundario, en el Colegio Guadalupe de los Misioneros del Verbo Divino.
En 1984, ingresó en el Seminario. Ordenado sacerdote, en 1994 se
ofreció como misionero. En esa condición, llegó en 1999 a Salta, donde fue
destinado a la Quebrada del Toro.
En 2004, sufrió un accidente en parapente que lo dejó al borde la
muerte. Desde entonces, emprendió un largo y penoso camino de recuperación al
que contribuyó su condición de deportista.
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