Se llevó a cabo la reinauguración del Comedor de Griselda en Alfarcito, un lugar con más de 40 años de historias de viajeros, turistas y trabajadores.
El domingo se reinauguró el Comedor de Griselda, situado a unos 100 metros pasando la capilla de Alfarcito, compartimos un día especial junto a su dueña, su familia, voluntarios y amigos de la Fundación Alfarcito, además de la especial presencia del Subsecretario de Desarrollo Turístico del Ministerio de Turismo de la Nación Mariano Ovejero.
Griselda preparó empanadas, pollo al horno de barro con papa andina y de postre queso de cabra con dulce, todos disfrutamos de la exquisita comida, la reunión con amigos en un día de sol impresionante como caracteriza a la Quebrada del Toro.
Luego del almuerzo se hizo un brindis y hablaron José Moroder quien expreso su satisfacción por el trabajo realizado y le deseó muchos éxitos en esta nueva etapa, luego Mariano Ovejero agradeció la invitación y expresó su satisfacción por la obra y finalmente Griselda agradeció a todos por acompañarla en su emprendimiento.
Inicio de las Obras.
Hace un año la Fundación Alfarcito iniciaba con un grupo de jóvenes amigos, un voluntariado para renovar y arreglar el legendario comedor. Fue una tarea muy gratificante en la cual poco a poco se estableció una gran amistad con ella y su familia.
Se repararon y pintaron las paredes, las mesas y sillas, también el sistema eléctrico, manteniendo el aspecto mítico que siempre caracterizó el lugar, trabajando estrechamente con su dueña hasta en la fachada exterior.
Se presentó un proyecto al Ministerio de Turismo de la Nación en el programa FONDETUR (Fondo para el Desarrollo Turístico), el que fue adjudicado para poder llevar a cabo esta obra, Todo gracias a la invalorable colaboración de Mariano Ovejero.
Historia del Comedor de Griselda.
Se remonta a los inicios de la década del 70, cuando la mamá de Griselda, doña Teresa Bautista empieza a preparar comida para los viajeros, los trabajadores que reparaban la ruta 51 y los ocasionales viajantes y turistas. Aproximadamente por el año 1974 se abren las puertas como un comedor donde se podía sentar a disfrutar de la cocina casera.
El Comedor es un ícono de la Quebrada del Toro desde sus comienzos, quienes lo visitaron dejaron recuerdos de su paso por el lugar, fue tomando notoriedad gracias a las recomendaciones de la gente. El boca a boca contaba que en medio de una naturaleza agreste y hermosa, una señora preparaba los más exquisitos pollos con papas al horno de barro y con una cocina a leña, que hasta el día de hoy se siguen usando.
Griselda tomo la posta de su madre y continuó trabajando, las paredes se convirtieron en un libró histórico en el cual se podían ver recuerdos, recortes de diarios y dedicatorias de personas de los rincones más lejanos del país y del mundo.
El tiempo inexorablemente fue deteriorando las instalaciones, pareciendo que quedaba en el olvido. La fuerza de voluntad de Griselda por salir adelante, la llevó a presentar su proyecto de renovación a la Fundación Alfarcito, que se puso en marcha en la restauración, siguiendo la voluntad del Padre Chifri de fomentar aquellos emprendimientos que generaran fuentes de trabajo genuino en los cerros.
Alfarcito va creciendo poco a poco y cada vez más gente lo visita y se incrementa la llegada turistas, esto hace necesario nuevos proyectos como el de Griselda, que se suma al parador de comida de El Alfarcito. Todos logros obtenidos por la fundación que continúa apoyando a las comunidades de los cerros de Rosario de Lerma y las 18 escuelas primarias, algo que siempre soñó el Padre Chifri que las personas se queden en la tierra que los vio nacer y los cobijó.
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