El intendente Manuel Cornejo contó detalles de una de las festividades religiosas más tradicionales del Valle de Lerma y acerca del presente y futuro de la La Silleta, frente al enorme crecimiento poblacional y urbanístico registrado en los últimos años.
Más de 700 gauchos participaron del desfile en honor a la Virgen de la Inmaculada Concepción, una de las celebraciones más tradicionales en la región. Pese a su cercanía con la ciudad de Salta y el enorme crecimiento urbano registrado en los últimos años, La Silleta, uno de los pueblos más antiguos de la provincia, conserva celosamente un rico bagaje cultural e histórico que la distingue. En diálogo con El Tribuno, el intendente Manuel Cornejo contó el presente y las aspiraciones de una comunidad en pleno desarrollo.
Este año la fiesta de la Inmaculada Concepción sorprendió por la masiva expresión de devoción. ¿Lo notaron así?
La fiesta de la Inmaculada Concepción, pese a su antigüedad este año nos sorprendió por la cantidad de gente que acudió a expresarle su devoción. El acompañamiento de monseñor Mario Cargnello, el cura párroco local José Luis Soraire y de más de 700 gauchos de todo el Valle de Lerma. Fue un marco que nos llenó de orgullo y que generó mucha emotividad. Se trata de una celebración tradicional, que se desarrolla en la antigua capilla -que data de fines del siglo XIX- erigida en honor a la Virgen y que luego se traslada a las calles del pueblo en procesión. Es una festividad esencialmente familiar, sincera y en la que se afloran los sentimientos más profundos de los vecinos y de los creyentes, quienes llegan desde diversos puntos de la provincia para esta fecha.
Como es costumbre, una vez concluida la agenda litúrgica se dio paso al desfile, a las actividades tradicionalistas y de destreza gaucha en el complejo polideportivo municipal. Fue una jornada dedicada a nuestra Madre y la comunidad da lo mejor de sí para honrarla.
¿Cómo asimiló La Silleta el enorme crecimiento que registró en los últimos años?
Se dan dos fenómenos en simultaneo. Primero que se registró un crecimiento exponencial en la zona, con el surgimiento de innumerables barrios privados que prácticamente la unieron con San Luis. Sin embargo, La Silleta no perdió su identidad, muy por el contrario se afianza aún más su idiosincrasia y la cultura local.
Por otra parte, nos obligó a hacer enormes esfuerzos desde la Municipalidad para hacer frente a la creciente demanda de servicios e infraestructura. El pueblo tiene su Delegación Municipal, que se fue adaptando a los nuevos tiempos. Construimos un destacamento policial, un centro de salud, mejoramos el servicio de los pozos de agua potable, hubo nuevas perforaciones, se llevó gas natural al 40% del ejido urbano y queda ejecutar una segunda etapa. Queda una deuda pendiente y para su concreción venimos realizando gestiones de manera constante, cosa que planteamos al propio presidente Mauricio Macri durante su visita a Campo Quijano, y que es la construcción de un edificio propio para el colegio secundario. Estamos concluyendo, además, una salta velatoria, hay un cajero automático y próximamente comenzará a funcionar un Centro de Documentación Rápida del Registro Civil.
En La Silleta existen granjas productoras, se cultiva tabaco y va creciendo el área gastronómica y de prestación de servicios al turismo. Hay dos hoteles importantes, lo que ayuda a que continúe desarrollandose el turismo. Es un pueblo con enorme potencial.
Tenían un sector crítico respecto al agua y alcanzaba a los loteos entre San Luis y La Silleta. ¿Cómo abordaron la problemática?
Sí. Se trata de una problemática originada fundamentalmente a causa de la comercialización de loteos sin los servicios básicos, que como es de esperar trajeron enormes problemas a los vecinos y al municipio. Hemos trabajado mucho para resolver la situación, hasta que logramos conectar la zona más afectada con el acueducto sur y así logramos prover de agua potable a la zona. En esta sentido vale la pena recordar que dicho acueducto, ubicado en La Silleta, abastece de a casi la mitad de la ciudad de Salta, pero no lo hacía localmente. Era algo injusto y que logramos modificar.
También hicimos desde la comuna grandes inversiones para acercarle el servicio a cada una de las familias afectadas por esta situación. Se destinaron así 18 millones de pesos para prover de agua a la zona del cementerio, Villa El Dique, Villa Lola, Villa El Sol, entre otras urbanizaciones que no contaban con agua corriente y ahora tienen redes de distribución.
¿Cuéntan con legislación para evitar el surgimiento de nuevas urbanizaciones privadas irregulares?
La legislación existe desde hace décadas. Lo que pasa es que no se cumple. Pero tomamos los recaudos para que esto no suceda. También hay poner de relieve que el modelo de loteo abierto -en auge en el Valle de Lerma- no es sustentable ya que los municipios deben prestarle todos los servicios y no hay retorno, en muchos casos porque no tributan en los municipios y también por las distancias a las que están ubicados. Otra cosa son los de regímenes cerrado, que se manejan con expensas y los recolectores de residuos, por ejemplo, pasan por los sectores de acceso y retiran lo depositado en los contenedores. Bueno, esto es hay que analizarlo a nivel de todo el Valle de Lerma. Otro aspecto que hay que tener en cuenta es que en el caso de La Silleta, la coparticipación no queda en el lugar sino que va a Rosario de Lerma. Esta es una situación que disminuye los recursos con los debería contar para aportar a su desarrollo. En síntesis, Campo Quijano presta los servicios y Rosario de Lerma recibe la coparticipación.
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