Continúan con la idea del padre Chifri de visitar los hogares más alejados de la quebrada.
Lo importante no fue entregar juguetes y golosinas a los chicos, sino quedarse a charlar con ellos, compartir una comida, una actividad recreativa y hacerlos sentir menos solos. Miembros de la Fundación Alfarcito regresaron con los corazones llenos de dicha por todo el amor que fueron a dar y terminaron recibiendo en su visita a los vecinos de los cerros del Toro. Aprovecharon el Día de Reyes para partir desde Campo Quijano con la bendición de Ana Moroder, como lo hiciera en vida su hermano Chifri con los amigos de la Fundación Alfarcito. "En el camino se sumaron los Reyes Magos, con quienes seguimos el recorrido, parando en la casa de Norma y allí sorprender a los más pequeños. Junto con ellos los amigos del grupo de ingenieros agrónomos Los Tucuras", contó Carlos Figueroa.
Agregó: "En San Bernardo visitamos a Inocencia Lamas y también a la pequeña Belén. Luego nos dirigimos a El Rosal, donde nos esperaban las familias del lugar. Ellos recordaban cuando Chifri los visitaba con los reyes en cuatriciclo. Luego de rezar compartimos el almuerzo con los integrantes de la comunidad. Continuamos la marcha hasta Potrero de Chañi, haciendo una parada en la casa de la familia de Valeria, donde nos encontramos con los misioneros de "El Huerto de los Olivos", quienes también quisieron llegar a las comunidades más alejadas. Luego emprendimos el regreso para Salta, haciendo la última parada en la casa de Anita Olmos, donde festejamos el cumpleaños de su hijo Jesús".
Figueroa expresó: "La jornada finalizó con el objetivo cumplido: que la caravana de los Reyes visite los lugares más alejados y aislados, pese a las lluvias de los días anteriores. Bendecidos por Chifri pudimos recorrer y llegar a los hogares de los niños, compartir con ellos juegos y alegrías. Muchas gracias a quienes nos apoyaron con regalos y oraciones".
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