El 29 de agosto de 1900 fue establecido el Día del Árbol por iniciativa del Dr. Estanislao Zeballos desde el Consejo Nacional de Educación.
El árbol es parte fundamental del paisaje, desde los bosques y selvas naturales hasta el arbolado urbano que es parte de nuestra ciudad. Entre sus infinitas virtudes se encuentran la conservación del medioambiente y la biodiversidad, su codiciada sombra, su majestuosa presencia como parte fundamental de la estructura y el diseño de los jardines. El árbol es el vegetal más longevo del mundo y eso lo convierte en un tesoro viviente, un testigo de diferentes generaciones y sus historias.
Los países más desarrollados del mundo instituyeron el Día del Árbol hace más de un siglo, cuando comenzaron a tomar conciencia de la importancia de los recursos forestales para el desarrollo de la humanidad y de su hábitat.
Derechos de los árboles
Los árboles tienen derechos, aunque no hablen ni se muevan, comparten con nosotros el planeta y son seres vivos, que tienen ciclos biológicos como nosotros y se complementan con el hombre. ¿Se imaginan un mundo sin árboles?
Por eso tenemos que defender sus derechos, como los nuestros o los de los animales:
1. Tiene derecho a la vida, porque también nace.
2. Tiene derecho a ser protegido, y a gozar de sus necesidades: luz, agua, aire, espacio.
3. Tiene derecho a no ser dañado. Todo lo que ponga en peligro su vida es un asesinato (fogones, incendios de reservas o parques).
4. Tiene derecho a cumplir su ciclo, y la tala indiscriminada les niega ese derecho. Si la tala es necesaria, tiene derecho una plantación equivalente en el mismo lugar.
5. Tiene derecho a crecer. Destruirlo siendo pequeño y sin haberse reproducido atenta contra la especie, e indirectamente contra nosotros mismos.
Los árboles son muy importantes, de ellos depende nuestra vida por su aporte de oxígeno y la depuración del ambiente. Son los reyes del mundo vegetal, Su vida, su porte, su sombra, su follaje, sus flores, sus frutos son algunas de las bondades que ellos nos brindan.
Los árboles crecen, se desarrollan y dominan las más diversas superficies del planeta, con excepción de los polos e islas árticas y antárticas y extremos desiertos.
Lamentablemente en los últimos años se ha producido por ignorancia o mal manejo una destrucción de las áreas naturales, trayendo aparejado graves problemas de erosión, desertificación, destrucción y pérdida de la biodiversidad, tanto del resto de los vegetales como de la fauna. Estas áreas aportan la mayor riqueza de oxígeno que necesitan los seres vivos a través del proceso fitoquímico y energético que es la fotosíntesis.
Es entonces fundamental la preservación de las selvas, bosques y montes naturales del mundo a través del manejo sustentable y de las áreas protegidas.
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