A poco de cumplirse dos años de la muerte de cuatro jóvenes en el camping municipal de Campo Quijano, la Justicia no ha podido hacer avanzar la causa para que se fije fecha por el cuádruple homicidio.
La tragedia, ocurrido el 19 de enero de 2014, se cobró la vida de los hermanos Ana Belén y Juan Cruz Jurado y Sergio Rodrigo Tapia, quienes murieron arrasados por un automóvil Fiat Uno rojo que voló por encima del alambrado perimetral del camping y se estrelló en el mesón que ocupaban las víctimas y sus amigos.
El impacto, visto por unos pocos e imposible de creer por otras decenas de concurrentes que se hallaban dentro del predio, fue el resultado de una larga ingesta alcohólica de Jorge Omar Barrientos, quien conducía el auto cuando unos metros antes del camping se despistó, chocó con un montículo de tierra y tras elevarse por el aire cayó dentro del camping.
Barrientos, quien llevaba en su auto a Mario Alejandro Liendro, quien murió debido al impacto, Luis Fernando Aguirre, Martín Romero, Pablo Rasjido y Normando Herrera. Todos habían comenzado a beber el sábado 18 de enero a la noche, después de ver un partido de verano disputado por River y Boca.
En su pedido de elevación a juicio de la causa, el fiscal Eduardo Barrionuevo, de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, sostuvo que Barrientos tuvo una conducta temeraria al iniciar y mantener una ingesta alcohólica por varias horas sin dejar, en ningún momento, de conducir su vehículo a alta velocidad.
Al investigar el hecho, Barrionuevo pudo establecer que Barrientos comenzó a beber en la casa de Aguirre, en Rosario de Lerma, tras lo cual siguieron la ingesta en el dique deLas Lomitas, en Campo Quijano, para luego dirigirse al cruce de los ríos Blanco y Toro.
Luego, cuando se dirigían al pueblo de Quijano, Barrientos perdió el control del auto en una curva metros antes del camping. El fiscal calificó el hecho como un cuádruple homicidio, siendo Barrientos el único imputado, quien desde el día del accidente permanece detenido.
La fiscalía imputó a Barrientos el delito de homicidio simple en perjuicio de las cuatro víctimas fatales, como así también le sumó el delito de lesiones en perjuicio de Ambar Vargas, Paola Mariana Aramayo, Ana Florencia Rivero Meza, Luis Orlando Aguirre y Martín Nicolás Romero, quienes resultaron heridos.
La muerte de los hermanos Jurado de 20 y 23 años, como así también de Tapia, de 20, amigo de los dos hermanos y la de Liendro, de 26, causaron un gran pesar y el caso tuvo trascendencia nacional y generó varias manifestaciones de familiares y amigos por justicia.
Desinterés
El 7 de mayo de 2014, a cuatro meses del hecho, la fiscalía requirió el enjuiciamiento de Barrientos y giró las actuaciones al Juzgado de Garantías 7. A cargo de la jueza Beatriz Renzi, quien recién elevó la causa a juicio el 10 de setiembre a la Sala II del Tribunal de Juicio.
Desde esa fecha, prácticamente transcurrió ya un año, sin que dicha sala haya realizado el debate y otorgado justicia a los familiares de los jóvenes muertos en un día de campo en el camping de Quijano, en cuyo mesón ahora descansa una gruta erigida en memoria de los cuatro muertos en aquella tragedia.
Oscar Alfredo Jurado, padre de Ana Belén y Juan Cruz, espera una condena ejemplar. En distintas declaraciones a los medios, reconoció que “es muy difícil poder continuar”, pues “este hombre –por Barrientos- causó mucho daño con cuatro muertes y muchos heridos que van a tener problemas psicológicos de por vida”.
En numerosas marchas, Jurado manifestó su reclamo por justicia. “Creemos en la justicia y esperamos que este caso siente un precedente”. El pedido de este padre, sin embargo, aún retumba en la ciudad judicial, donde los jueces parecen haberse olvidado de hacer justicia, como así tampoco a la Corte parece importarle, pues el caso está congelado por más de un año en el Tribunal de Juicio.
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