Existe una ordenanza desde el año 2015 para proteger el patrimonio arqueológico. La potestad de aplicación fue transferida a los pobladores de la zona de precordillera.
Grupo de becarios de El Qhapaq Ñan o Camino del Inca, dedicados a su restauración antesanal como patrimonio de la humanidad.
Parte del camino de alta montaña del Qhapaq Ñan en su recorrido por la Quebrada del Toro y los entrelazados senderos que comunican hacia los Valles Calchaquíes serán custodiados por las comunidades originarias bajo apercibimiento de multas a quienes estropeen esta obra vial declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco.
El intendente Manuel Cornejo de Campo Quijano cedió el cuidado a estas comunidades que habitan en los parajes precordilleranos y que están organizados en redes de trabajo como la conocida Comunidad del Pueblo de Tastil. La decisión partió a partir de una nota publicada en El Tribuno en donde pobladores de los parajes de Las Capillas y Las Mesada denunciaban a enduristas por deteriorar la red de caminos viales de altura al paso de sus potentes motocicletas.
"Existe una ordenanza del año 2015 que estipula sanciones a quienes dañen el patrimonio arqueológico y cultural en Campo Quijano. Nosotros como municipio transferimos la potestad a la comunidad originaria de la zona para multas a los infractores que destruyan o deterioren el camino del Inca" puntualizó Cornejo.
Las infracciones serán del tipo vial, es decir con el mismo tenor que las multas de tránsito utilizadas para la ocasión. Serán remitidas a la municipalidad como cualquier otra multa, cuando se infringe las normas de seguridad vial. Pero el carácter del daño puede medirse de acuerdo a la gravedad de la acción intempestiva de las motocicletas.
"Los vecinos alertaron que no solo es el paso de las motocicletas. Los efectos colaterales tales como los espantos que sufre la fauna de la zona con el ruido que de kilómetros es percibido por los animales. Ni hablar de la flora. Todo este sector debe ser protegido de este tipo de depredaciones".
En abril pasado los trabajadores de la obra de conservación del camino del Inca denunciaron que motociclistas rompían con el paso de sus motocicletas el sistema vial andino cuya enmarcación pertenece a la época de esplendor del Imperio Inca.
Ahora los responsables de las cuadrillas de becarios (responsables del mantenimiento del Qhapaq Ñan) tendrán la responsabilidad de multar a cualquiera que dañe este camino considerado como el nuevo sitio del patrimonio mundial, que consta de 274 componentes y se extiende a lo largo de más de 5.000 kilómetros en medio de la cordillera andina de Argentina, Chile, Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia.
Precisamente los 58 kilómetros de estrechos caminos entre la geografía de precordillera comprendida por la jurisdicción de Campo Quijano y la de Cachi tendrán ahora custodios permanentes a través de esta decisión del Ejecutivo municipal de Campo Quijano. Las comunidades originarias y de pastores de la zona andina de esta jurisdicción relataron como motociclistas, terminan zanjando el camino, lo que conlleva a los desmoronamientos del sendero en varios tramos. Es para destacar que este red de caminos que facilitó las comunicaciones hace varios siglos atrás, sigue siendo utilizado por los pobladores actuales de estas latitudes, quienes utilizan estos caminos para las comunicaciones, y el comercio de un punto a otro del camino del Inca en territorio salteño.
Camino descomunal
El Qhapaq Ñan es un sistema vial, que involucró centros poblados, almacenes, puestos de control y que constituye la obra tecnológica más importante de la América prehispánica. En su apogeo recorrió 23 mil kilómetros (aunque algunos investigadores estiman hasta 55 mil) y ya ha sido objeto de investigación arqueológica e histórica.
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