miércoles, 6 de junio de 2012

Recomendaciones para evitar intoxicaciones con monóxido de carbono, cuidado con el braserito

Con el comienzo de los primeros fríos y ante el peligro que representa la calefacción en forma indebida de los ambientes, la subsecretaría de Defensa Civil del Ministerio de Seguridad, advierte sobre los cuidados que se deben tener.

Muchas personas mueren cada año como consecuencia de intoxicación por monóxido de carbono. La mayoría por el uso de braseros o de artefactos de gas deficientemente instalados o ubicados en ambientes con mala ventilación.

El monóxido de carbono es  un gas letal para las personas. Los niños pequeños son los más vulnerables. Es difícil reconocer la presencia de este gas en el aire pues no tiene olor, no es visible, no se siente, no es irritante.

Es, además, un producto de la combustión del gas de red domiciliaria, carbón, kerosén, leña, nafta y plásticos. Su acumulación se origina por la combustión incompleta o deficiente al ser quemados en lugares con poco oxigeno y mal ventilados o aireados.

Todos los artefactos que queman algún combustible producen monóxido de carbono, por lo que es indispensable una ventilación adecuada que favorezca su eliminación e impida su acumulación. Los braseros, calefones, estufas, termotanques, hornos y hornallas, calentadores y faroles a gas o kerosén, hogares y cocinas a leña, salamandras, parrillas a leña o carbón, calderas, motores a combustión como los automóviles con motor encendido en lugares cerrados.

Su presencia puede reconocerse por la coloración amarilla o naranja de la llama en lugar de azul. Aparición de manchas, tiznado o decoloración en los artefactos, en su ventilación o alrededor de ellos.

El monóxido de carbono ingresa al organismo por los pulmones, pasa a la sangre y ocupa el lugar del oxígeno. La falta de oxígeno daña principalmente el cerebro y el corazón.

En relación con los síntomas de intoxicación, cuando ésta es leve se confunde con una gripe o intoxicación alimentaria; se puede sentir dolor de cabeza, debilidad, cansancio, mareos, nauseas, vómitos, dolor de pecho, palpitaciones.

Los casos graves pueden producir pérdida de conocimiento, convulsiones, piel fría, respiración irregular, coma y muerte.

Ante intoxicación se debe trasladar inmediatamente a la persona al servicio de salud más próximo; además, se debe apagar la fuente de combustión y ventilar el ambiente. Si los síntomas son leves, igual es necesario consultar con un médico. Los daños pueden aparecer tardíamente.

Prevención 
Instalar artefactos por técnicos matriculados y asesorarse con la compañía de gas. Mantener siempre bien ventilados los ambientes donde existan artefactos en combustión. Los baños y habitaciones sólo pueden ser calentados con estufas de tiro balanceado. Revisar periódicamente la correcta instalación y funcionamiento de los artefactos. Revisar periódicamente los conductos de ventilación y chimeneas. No usar el horno ni hornallas para calefaccionar. No dormirse con artefactos en combustión. No encender el motor del auto con el garaje cerrado

Fundamentalmente se recomienda, NO USAR BRASEROS DENTRO DE LAS HABITACIONES.

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