Durante el año 2017 la Fundación Alfarcito apoyó a las familias y escuelas de los cerros a tener su propia huerta para obtener sus propios alimentos y lograr un menú más variado, siempre con el asesoramiento de Escuelas de Pedagogía Sustentable. Relatos en primera persona.
Sabiendo la importancia de agregar a la dieta diaria las verduras y frutas necesarias, la fundación decidió incentivar a familias y escuelas a tener una huerta propia y trabajar en ellas. La idea surgió porque algunas escuelas habían organizado su propia huerta y obtenían resultados excelentes, en lugares cuyas características del clima, estar situados a más de 3000 metros sobre el nivel del mar y la geografía no ayudaba pero el esfuerzo y la imaginación lo pudieron.
La señora Teresa Juncosa miembro de Escuelas de Pedagogía Sustentable, se sumó a este trabajo con sus amplios conocimientos, no solo asesorando sino también aportando plantines y semillas. Muchos voluntarios y amigos de la fundación dedicaron su tiempo y apoyaron esta campaña, visitando a las familias y a las escuelas de los cerros. Los resultados son verdaderamente maravillosos.
Los directores y los maestros junto a sus alumnos trabajaron haciendo la huerta de sus escuelas, logrando consumir las verduras, hortalizas y frutas frescas. Esto se extendió a los hogares de los alumnos.
De esta manera se promueve una conciencia, aprendizaje y compromiso sustentable en la comunidad, logrando concretar el anhelo del Padre Chifri, el de mejorar las condiciones de vida de las familias de los cerros, ayudando a la actividad económica de los habitantes de los cerros del departamento de Rosario de Lerma.
Historias de frutos y semillas: La Huerta de Raúl
La Fundación visitó a Raúl en su casa de la localidad de El Toro, quedando sorprendidos todos por su trabajo en su huerta. Él tuvo la iniciativa de rodear la huerta con madera de cardón, para protegerla de los vientos y los animales, también colocó un águila disecada, que sirve de espanta pájaros. Raúl logró para mejorar la calidad de las comidas de su familia, gracias a las verduras que produce en su huerta, producto de su trabajo y esfuerzo.
Importantes avances en la huerta de Angélica Guanuco
Con gran alegría la Fundación acompañó los avances en la huerta de Angélica, quien junto a su hijo trabajaron intensamente, logrando que aquellos almácigos que les ayudamos a plantar hace un par de meses, ahora le estén dando importantes resultados. Ella mostró sus plantas y el trabajo que está realizando, para llevar agua desde una pequeña laguna hasta su huerta, que en medio del paisaje ocre, se resalta un verde intenso junto a su casa.
Algunos de los trabajos fueron hacer un cerco con madera de cardón para protegerlo de los animales y los fuertes vientos, también la zanja para enterrar una manguera que le entregamos para llevar el agua hasta sus plantas.
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