Jóvenes de la universidad alemana Wilhelm de Westfalia, de la ciudad de Muenster, visitaron la Quebrada del Toro para indagar sobre las características edilicias del colegio secundario de montaña y del complejo Alfarcito. "Lo hicieron en el marco de una serie de tesis que elaboran, relacionadas con el Planeamiento Ecológico", contaron desde el área de prensa de la Fundación Alfarcito.
Vale la pena recordar que el colegio se levantó "en el cerro y para el cerro", como dicen en el lugar. El estilo respeta la arquitectura de las montañas integrándose a su fisonomía y a las construcciones que ya existían en el paraje. Se utilizó una combinación de materiales y técnicas autóctonas, como adobes y piedras regionales, tortas de barro en los techos, aplicaciones en cardón y cañas; con tecnología de vanguardia, con muros trombe, energía solar, vidrios de aislación térmica, etc. De la mano de los encargados de la obra se alcanzaron los objetivos de componer un edificio andino con capacidad para almacenar calor diurno, que amortigua el brusco descenso de temperatura por las noches, una característica climatológica del lugar.
El establecimiento cuenta con biblioteca, laboratorio, playones deportivos, consejeros, tutores y profesores de apoyo; y los alumnos reciben periódicamente atención médica y sanitaria.
Los estudiantes alemanes quedaron sorprendidos por los novedosos detalles de las construcciones y se mostraron interesados en las técnicas bioclimáticas utilizadas en el complejo Alfarcito, por tratarse de una ingeniosa obra que permite hacer uso de la energía solar, evitando cualquier contaminación que afecte el ambiente.
Matías Rangeón, preceptor del establecimiento, estuvo al frente de la recorrida y de una exposición sobre las diferentes orientaciones que le ofrece el instituto educativo y de la historia del recordado padre Chifri y su sueño de lograr el arraigo de los jóvenes, evitando así la migración hacia las ciudades en busca de oportunidades y para continuar con sus estudios. "Chifri sabía que la educación era esencial para formar hombres y mujeres libres, que permitiría el arraigo definitivo en la tierra que los vio nacer y cobijó a sus padres y abuelos", explicó Rangeón.
El contingente alemán estuvo conformado por 25 estudiantes y dos profesores.
Entre las diversas actividades que realizaron, los estudiantes alemanes y los del colegio de Alfarcito decidieron jugar al fútbol. Se vivió una jornada muy entretenida, donde se puso de manifiesto un gran espíritu deportivo, amistad y alegría, pese a las diferencias culturales.
Cabe señalar que los chicos de Alfarcito participan todos los años de la afamada Copa Virtus, una propuesta deportiva destinada a generar integración entre las instituciones educativas del país. Así cada año llegan a Salta chicos de Catamarca, Jujuy y de otros lugares para compartir algunas jornadas y recibir formación en valores humanos.
En comunidades de montaña
Los visitantes recorrieron la Quebrada del Toro, donde pudieron conocer los usos y costumbres de las comunidades dispersas en las alturas. Fue así que llegaron hasta San Bernardo de las Zorras. "Allí, doña Inocencia y don Julio los recibieron en el hospedaje Casita de Belén y les mostraron cómo se cocina en hornos de barro y les convidaron unos deliciosos choclos capia. Luego recorrieron el corral de llamas, las que despertaron la curiosidad de los estudiantes europeos, que aprovecharon para tomarse fotografías", contó Carlos Figueroa, desde la fundación.
Luego llegaron hasta El Rosal, donde estuvieron dos días alojados en El Parador y trabajando en el Salón de Usos Múltiples. Allí conocieron los dibujos rupestres.
Figueroa recordó: "Pudieron observar las importantes actividades que llevan a cabo los maestros Patricia y Aldo en la escuela del lugar, un verdadero ejemplo de dedicación. Recorrieron, además, el invernadero, las cocinas y conocieron los hornos solares, donde se les explicó cómo funcionaba la escuela y las actividades que realizan los alumnos".
En la capilla Santa Teresita, por su parte, se reunieron para hacer una oración y estudiar su estructura arquitectónica, otra de las obras del padre Chifri. Al finalizar la visita a Alfarcito, evaluaron particularmente temas antropológicos, geológicos, construcciones, producciones, historia, economía, flora y fauna.
El Centro Alfarcito
El Centro Alfarcito comenzó sus actividades hace aproximadamente 12 años, en las serranías de la Quebrada del Toro, en Rosario de Lerma. Está ubicado en el kilómetro 78 de Salta por la ruta ruta nacional 51.
Desde sus inicios y de la mano del padre Sigfrido Moroder "Chifri", el objetivo fue mejorar la calidad de vida de los habitantes de los cerros mediante la educación, la capacitación y la generación de fuentes de trabajo en la zona.
En esa amplia región funcionan 22 escuelas rurales y existen 27 comunidades asentadas en los cerros, que están bajo la jurisdicción eclesial de la parroquia Santa Rita, en la ciudad de Rosario de Lerma.
El Centro Comunitario o de artesanos está ubicado cerca de las vías del Tren de las Nubes, en el kilómetro 82 de la ruta nacional 51. A la vera de su pintoresca capilla.
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