El corto se titula “Al fondo de Alfarcito”. Para los que no conocen, al fondo de Alfarcito es Huaico Hondo. Los responsables son
alumnos de entre 12 y 16 años que asisten a la institución educativa que dirige
el padre “Chifri”.
Desde hace poco tiempo que, gracias a la institución educativa a la que
concurren, los chicos de la Quebrada del Toro conocieron la televisión y tuvieron
acceso a algunos servicios de la modernidad. Sin embargo, a pesar de su
reciente contacto con la tecnología, se animaron y filmaron un cortometraje que
podría hacer sonrojar a muchos cineastas de la Capital Federal por su calidad
de imagen, producción y las temáticas que aborda. Y, por sobre todo, la
maestría con la que hacen llegar el mensaje al espectador. Esto suele suceder
cuando las cosas se hacen con entusiasmo, empeño y dedicación.
Se trata de los alumnos de la escuela de alta montaña 8.214 El
Alfarcito, que dirige el padre Sigfrido “Chifri” Moroder, quienes asistidos por
dos jóvenes realizadores de Buenos Aires no sólo actuaron, sino que también
dirigieron, produjeron, escribieron el guión, filmaron y musicalizaron el filme
“Al fondo de Alfarcito”.
Matías Rangeón, docente de la institución, quien también formó parte de
la realización, contó que en una primera etapa los chicos propusieron
diferentes temáticas relacionadas con su realidad, de las cuales eligieron una
que especialmente los toca muy de cerca: las misiones evangelizadoras.
Consultado por El Tribuno sobre el por qué la evangelización es tan
importante para las comunidades de la zona, Rangeón explicó que, sencillamente,
porque sólo los predicadores recorren cada rincón de la inhóspita, pero bella
geografía de prepuna. “Ellos constituyen el único punto de contacto entre la
cultura local y la foránea”, aseguró.
En 10 minutos, el cortometraje cuenta la historia de un evangelizador
que recorre las montañas y los paisajes infinitos de la Quebrada para acercar
la Palabra de Dios a los lugareños. En su peregrinar, se encuentra con
personajes propios de las creencias locales, como la Viuda Negra y Mandinga,
quienes a través de diversos ardides obstaculizan la misión del predicador.
Sin embargo, no lo logran y el bien se impone, no sin antes superar con
sacrificio los desafíos de la escarpada geografía, el riguroso clima y las
necesidades extremas.
La trama mezcla preceptos de filosofía cristiana con las creencias
paganas y populares más arraigadas en los nativos. Una temática atrapante que
devela aspectos de una realidad conformada por la fe y las costumbres
ancestrales, que definen como única a esta región del país.
El rodaje se realizó sobre escenarios naturales y se utilizaron antiguas
edificaciones del lugar.
El cortometraje será presentado próximamente en Salta capital.
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