El escolta de Salta Basket habló en Campo Quijano con El Tribuno sobre su temporada en el equipo provincial. "Fue inolvidable para todos", dijo.
En la tranquilidad de Campo Quijano, su localidad, el escolta de Salta Basket, Álvaro Álvarez, habló con El Tribuno después de lo que vivió junto al equipo de Ricardo De Cecco en el Torneo Federal y también de lo que vendrá ante la inminente invitación al TNA.
"De a poco fue pasando la bronca del partido que perdimos ante Parque Sur y el balance que hago de la temporada es muy bueno. Ellos terminaron siendo campeones (en el Final Four) y lo tienen merecido porque cuentan con jugadores de otro nivel", dijo en su primera reflexión tras el truncado ascenso.
"En cuanto a lo personal, hice mucha autocrítica. Este torneo me hizo ver que tengo muchas cosas por mejorar, pero también sé que era impensado llegar al lugar que llegamos por ser el primer año en Salta Basket. El primer objetivo era llegar a los play-offs y cuando lo hicimos, seguimos para adelante".
Si bien Álvaro tiene solo 20 años, considera que arrancó tarde (a los 14 años) a jugar al básquet y fue Sportivo de Campo Quijano su primer club.
Después de haber pasado por diferentes equipos, recaló en Olímpico de Santiago del Estero, equipo que juega en Liga Nacional.
Casi tres años estuvo en La Banda y se codeó con los mejores jugadores del principal torneo de Argentina.
Por eso tuvo dudas en volver a Salta cuando le comentaron el proyecto del conjunto provincial.
"Durante mucho tiempo se hicieron mal las cosas acá. Yo estaba a punto de irme a Sarmiento de Resistencia, que compró una plaza en el TNA, y un día entrenando en Sportivo con el 'Kili' (Cristian Linares) me dijo: 'Dale negro, quedate. Nos va a servir mucho a los dos', y me quedé", aseguró.
"Entrené mucho para esto y fue algo muy lindo lo que pasó. Además, pegué un salto de calidad en Salta Basket", agregó.
Ahora será el turno de pensar en el Torneo Nacional de Ascenso y Álvarez tiene un deseo extradeportivo: "Me imagino un Delmi lleno. El día que llegamos, después de perder en Concepción del Uruguay y ver a la gente que nos fue a esperar, se me cruzó por la cabeza lo que hubiese sido un quinto partido y me quería morir. Fue duro y costó varios días asumir la derrota, pero no me arrepiento de nada. Como me dijo Gastón (García, el base del equipo), nos va a servir para el futuro porque para muchos fue nuestra primera final y lo que pasó fue inolvidable para todos", cerró.
José ya sigue sus pasos
Álvaro es el segundo de cuatro hermanos: Guadalupe es la mayor y juega al básquet femenino desde antes que lo haga él. Agustín y José son los más chicos y también llevan en la sangre el amor por la naranja. De hecho, el más chico, con solo 10 años, integra la Selección salteña U13. “No lo reté cuando perdieron”, dijo sonriente el pequeño.
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