En Campo Quijano, un grupo de profesores trabajan a pulmón para transmitir valores como la amistad, el respeto y el compañerismo a los más chicos.
En la actualidad la violencia, la falta de respeto, la pérdida de valores y el "solo importa ganar" son moneda corriente en casi todos los ámbitos de la vida. Pero hay personas que por medio del deporte intentan transmitir valores como la amistad, el respeto y el compañerismo a los más chicos.
Los profesores de la escuela de fútbol y hockey infantil La Bora, de Campo Quijano, llevan adelante la difícil tarea de brindar un espacio de contención, donde los niños se diviertan y aprendan jugando.
La premisa es clara, ayudar a los niños que asisten. Y todo lo hacen a pulmón, con la colaboración de los padres y de comerciantes de la zona.
Este proyecto cumplió tres años y lo festejaron con un almuerzo el sábado pasado.
Adrián Guaimás, fundador y coordinador, dijo que no apuntan a "sacar buenos jugadores, sino buenas personas". La iniciativa busca cambiar de alguna manera la mentalidad de los papás, que muchas veces se dejan llevar por sus emociones y perjudican a sus hijos, que simplemente están haciendo un deporte. Un ejemplo para destacar.
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