El 17 de junio de 1821 murió el general Martín Miguel de Güemes. Toda Salta lo recuerda con admiración y orgullo. Es héroe nacional por ley 26125 desde 2006, sin embargo, aún no tiene el reconocimiento que se merece.
Los que saben cuentan que era jueves aquel 7 de junio de 1821. Güemes y un grupo de infernales ingresaron a la ciudad de Salta desde el sur, por la calle de la Concordia (hoy Zuviría). Nunca imaginó que el enemigo se había colado por los Yacones. Querían emboscarlo y secuestrarlo. Mejor si lo mataban. Decenas de mercenarios realistas abonados por la oligarquía salteña, al mando del “Barbarucho” Valdés, se apostaron en las cuatro esquinas de las calles La Caridad y La Victoria (Mitre y España). Gemes entró por La Amargura (hoy Balcarce) a la casona de Macacha, cuyo fondo daba con el Tagarete del Tineo (hoy Belgrano). Gemes, al darse cuenta de la emboscada salió al galope por La Amargura para huir con los infernales. Tomaron la calle El Comercio (hoy Caseros) y cientos de disparos los obligaron a volver sobre sus pasos hacia el Tagarete del Tineo. El tiro fatal lo alcanzó ahí. Igual atravesó el puente de Tejada y se internó en la oscuridad del campo de la Tablada. Bordeó la Zanja Vieja (canal de la actual avenida Yrigoyen) para llegar a la Pedrera.
El general soltaba las riendas debilitado por el dolor. Sus gauchos lo internaron en la impenetrable cañada de la Horqueta para protegerlo. La herida se infectó rápidamente. Era el principio de diez días de agonía. Aprovechando la terrible situación, el virrey La Serna mandó emisarios a ofrecer dinero, atención y títulos a Gemes, a cambio de que abandonara la lucha por la independencia. El salteño contestó: “Decid al virrey que, rico y noble por nacimiento, todo lo he sacrificado a la Patria, y que no hay para mí títulos de nobleza más gloriosos que el amor de mis soldados y la estimación de mis consiudadanos”.
El domingo 17 de junio de 1821, bajo un cebil colorado, la traición se cobró la vida del héroe salteño que protagonizó la emancipación americana.
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