El Día del Indio Americano, que se conmemora hoy, tiene como objetivo perpetuar y resaltar el valor de las culturas aborígenes de América, forjadas antes del llamado descubrimiento del continente y que son las que le imprimieron a nuestra tierra los primeros rasgos de nuestra cultura.
“Este día debe servir para refrescar y reafirmar un claro posicionamiento sobre nuestra historia. No es correcto que los europeos vinieron a salvar América. Debemos saber que buscaban su propia salvación frente a una profunda crisis de carácter social, económico y religioso. En América encontraron riquezas de tipo mineral y elementos que le permitieron superar problemas alimentarios, por ejemplo”, dijo el historiador salteño Miguel Angel Cáseres.
El Día del Indio Americano se celebra cada año en conmemoración del Congreso Indigenista Interamericano reunido en México el 19 de abril de 1940. El congreso fue convocado en Patzquaro (Estado de Michoacan) por el entonces presidente Lázaro Cárdenas, que era descendiente directo de aborígenes.
El poblamiento americano data de hace aproximadamente 40 mil años, cuando se dieron las corrientes migrantes que venían principalmente desde Asia. “No hay población autóctona en América. Las distintas corrientes migratorias, que llegaban principalmente desde el continente asiático, se distribuyeron por toda América y así se fueron afirmando y adquiriendo pautas culturales nuevas”, explicó el historiador.
Según la historiografía clásica, los españoles descubrieron América en 1492. Hablar de descubrimiento, por lo expuesto anteriormente, es una falacia, en tanto que América ya estaba absolutamente poblada. Por otra parte, de acuerdo a lo que señaló Cáseres, los primeros visitantes o “colonizadores”, fueron de origen asiático, no europeo. “De Europa, los primeros en llegar a nuestro continente, además, fueron los vikingos, alrededor del año 1000”, sostuvo.
Al momento de la llegada de los españoles a América la población ya era muy grande. Personas de diferentes etnias y de pueblos antiguos originarios ya vivían en ciudades con un desarrollo estructural y urbanístico igual o superior a las principales ciudades europeas de esos tiempos. “Estos pobladores, además, tenían un altísimo nivel cultural”, señaló Cáseres.
Del actual territorio argentino del Noa, densamente poblado, se destacaban los diaguita calchaquíes, que eran sedentarios, cultivaban, domesticaban a los animales, sabían diferenciar el agua potable del agua que era para riego y que generaban los principales focos de resistencia al invasor”, concluyó el historiador.
Revalorizar la cultura americana que se nutre de variados orígenes, entonces, es la consigna.
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