lunes, 28 de mayo de 2012

“La obra del padre Chifri seguirá adelante” dijo Zottos


El vicegobernador encabezó el acto inaugural de obras en la capilla de El Alfarcito, oportunidad en la que se recordó la figura del sacerdote Sigfrido Moroder, impulsor del complejo que funciona en el lugar.

En vísperas del 47º aniversario del natalicio de su desaparecido impulsor, el padre “Chifri”, fueron inauguradas ayer las obras de refacción y ampliación de la capilla ubicada en el complejo El Alfarcito.

Para la ocasión llegaron al lugar el vicegobernador, Andrés Zottos; el Arzobispo de Salta, Monseñor Mario Antonio Cargnello, el ministro de salud, Enrique Heredia; familiares del sacerdote fallecido y miles de personas, en su mayoría pertenecientes a comunidades enclavadas en los cerros, que fueron los directos beneficiarios de su obra.

En la oportunidad, el Vicegobernador anunció la firma de un decreto por el cual se dispone dotar al complejo de un enfermero permanente, como primer paso hacia la futura refacción de la salita de primeros auxilios del lugar y la visita regular de profesionales de la salud.

“En nombre del pueblo de Salta queremos agradecer a la comunidad religiosa por tanto esfuerzo y sacrificio del padre Chifri en este paraje, donde las obras hablan más que las palabras” aseguró Zottos, y agregó que el sacerdote “nos dejó un estilo de vida digno de imitar y tuvo la virtud de la unidad para llevar adelante una obra basada en el amor”.

“Sólo donde hay amor se construye pensando en el bien común y en el prójimo”, añadió Zottos y en ese sentido rescató la contribución anónima de cientos de personas, que aún después de la muerte del sacerdote, levantaron la capilla, hicieron funcionar el colegio secundario que pasó de tener 30 alumnos a contar hoy con más de cien; y van por más porque “esta obra va a seguir adelante porque habla de inclusión, unidad y progreso para nuestros hermanos”, dijo.

Monseñor Cargnello también destacó la figura del padre Chifri, “alguien que hizo mucho porque amó y sufrió mucho”.  “Debemos celebrar empujando porque de lo contrario no vale de nada decir que fuimos amigos de Chifri”, afirmó. Por su parte, Sigfrido Moroder, padre, agradeció en nombre de la familia el afecto para con su hijo. Sostuvo que el pueblo agradece y valora lo recibido a partir de su propia identidad salteña y apelando a la unión y el esfuerzo; mientras que en nombre de las comunidades de los cerros, Dionisia Guanuco, expresó su deseo de poder seguir adelante la obra que dejó Chifri.

Tras la misa ofrecida por el arzobispo, se bendijo la capilla dedicada a San Cayetano y los presentes participaron de una procesión por el complejo, acompañado de los suris, con su ancestral danza destacada en la imponencia de los cerros como marco para la celebración

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