A pesar de los controles de Gendarmería y la organización
del evento, camionetas y autos particulares siguieron llegando al lugar de
partida de la séptima etapa entre los cerros.
La fiebre del Dakar se instauró en nuestra provincia y la
gente responde positivamente una vez más a la llegada de la competencia y lleva
la pasión por los fierros hasta otro extremo.
Desde la tarde de ayer la gente arribó de a poco a Las
Cuevas, en plena Puna salteña, lugar de largada y llegada para autos y camiones
en la 7ma Etapa, y a medida que pasaban las horas el lugar se fue llenando y se
creó un escenario perfecto para la carrera.
El frío de las montañas y la lluvia tomó por sorpresa a
algunos por la noche, que esperaban un clima cálido como en los días anteriores
de competición. Sin embargo, las condiciones climáticas no hicieron abdicar a
la gente que ya había ganado su lugar y esperaba la largada.
Pero sin dudas, la nota se la llevaron los intrépidos
automovilistas que llegaron en la mañana de hoy.
Ellos sortearon el corte del ingreso a Las Cuevas, puesto
por Gendarmería y la organización del evento, y se hicieron lugar entre las
montañas del lugar en sus camionetas y autos particulares, corriendo así su
propio Dakar.
Un grato recibimiento
Al finalizar la carrera, los autos y camiones que llegaron a
Las Cuevas emprendieron inmediatamente su regreso a la capital salteña, dándose
con un marco espectacular de recibimiento de la gente.
Cientos de personas se apostaron al costado de la Ruta 51,
para ver el paso de los competidores que volvían al Vivac apostado en el Centro
de Convenciones y sacarles fotos a sus vehículos.
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