martes, 29 de octubre de 2013

Hoy 29 Día Mundial del Ataque Cerebrovascular - Todo lo que hay que saber sobre los ACV

ACV: llevar una vida saludable es el camino para evitarlo. Hipertensión, colesterol alto, diabetes, arritmias, tabaquismo y sedentarismo son los factores de riesgo. 

“El tiempo es cerebro”, dicen los neurólogos haciendo hincapié en dos cosas: por un lado, hay tiempo para hacer cosas que mejoren la calidad de vida de las personas y evitar tener un accidente cerebrovascular, y por el otro, si ocurre el ACV cuánto más rápido se llegue a la asistencia médica, menos secuelas habrán.

“No todas son malas noticias. Cuando hablamos de una enfermedad la gente se alarma y cree que no hay posibilidad de prevenir. Es importante decir que el accidente cerebrovascular es grave si se produce, pero es una enfermedad prevenible”, explicó a El Tribuno, el neurólogo Gustavo Herrera integrante de la Sociedad de Neurología de Salta y de la Sociedad Neurológica Argentina.

Entonces, las preguntas que caben son: ¿controla su presión?, ¿su pulso es normal?, ¿consume mucha sal y comidas pesadas, con mucha grasa?, ¿hace alguna actividad física, aunque sea caminar?, ¿es diabético?, ¿se controla?

Estas y otras son las preguntas que los especialistas quieren que las personas se hagan para repensar los hábitos de vida porque representan la posibilidad real y concreta de evitar tener un ataque cerebral.
El cambio de actitud empieza hoy.

Qué es un ataque
“El ataque cerebral, es una afección causada por la súbita pérdida de flujo sanguíneo cerebral (isquémico) o por el sangrado (hemorrágico) dentro de la cabeza”, es la definición que se publica en el portal ataquecerebral.org.ar a cargo de la Sociedad Neurológica Argentina.

Gustavo Herrera, especialista en neurología explicó que el ataque cerebral es la enfermedad de las arterias. “Son isquémicos cuando se tapa la arteria y hemorrágicos cuando se rompe la arteria, 7 de 10 ataques cerebrovasculares son isquémicos”, contó el neurólogo.

El ataque cerebral es la segunda causa de muerte y la primera causa de discapacidad en el mundo y por ello es que la fundación se dedica a informar sobre lo que es un ataque cerebral.
Una de cada 4 llega a tiempo a un hospital

Reconocer los síntomas es fundamental para detectar un ataque cerebral, tanto para la persona misma como para que el entorno familiar este alerta.

A partir de conocer cuáles son los principales síntomas, lo que se logra es que esa persona llegue a la asistencia médica lo más rápido posible para acceder “a la ventana terapéutica” que es hasta cuatro horas después del ocurrido el ACV.

Según la Sociedad Neurológica Argentina 1 de cada 4 personas tiene un ataque cerebral y de cada 4 personas con un ACV, 1 llega a tiempo al hospital en Argentina.

Graciela Orzuza, del servicio de Neurología del San Bernardo contó que una de las dificultades con la que se topan a diario es que en el servicio de Guardia del hospital no hay un neurólogo.

“En la guardia no hay nombramiento de un neurólogo de guardia, algo que es fundamental y que ya lo hemos pedido de manera que el neurólogo reciba y vea la persona que llegue con el ACV”, explicó Orzuza, quien destacó que el tratamiento en el paciente agudo es fundamental para evitar las secuelas.

Hay que destacar que el tiempo que se gana a la hora de trasladar a la víctima de un ACV, se pierde al momento de entrar a la guardia médica donde no se cuenta con el personal especializado para atender este tipo de ataques. Ataques donde cada minuto cuenta. 

Las cinco “C”, claves para detectar un posible ataque
El neurocirujano Emilio Benítez y titular de la Fundación Lucha contra las Enfermedades Neurológicas (Lucens) contó que desde la institución iniciaron una campaña de difusión de los síntomas que da un ACV.

El método es a través de cinco palabras clave que son: Caminata, Cabeza, Cuerpo, Ceguera y Confusión.

Benítez recordó que los síntomas que se describen con las palabras clave son bruscos, repentinos y sobre todo fuera de lo normal.

“Ante alguno de estos síntomas hay que salir urgente al hospital”, dijo el especialista.

“Si hay alteración en la marcha, puede ser que se esté desencadenando un ataque cerebral de fosa posterior en el cerebelo. Este tipo de ACV, por la zona que ataca, se manifiesta en la marcha. La persona no puede caminar, se cae, pierde el equilibrio”; explicó Benítez.

Cabeza, se refiere a “un dolor de cabeza muy intensa, repentino, no habitual. Lo describen en los libros como la sensación de que le rompen una silla en la cabeza, por la espalda, sin avisar”, relató el médico.
“Si hay debilidad, la persona queda inmovilizada, se siente poca o nula sensibilidad en un brazo o pierna repentinamente o progresivamente, eso no es normal y obedece a la palabra clave ‘cuerpo’”, dijo el neurocirujano.

La ‘ceguera’ responde a “la pérdida parcial de la visión. Las personas dejan de ver a veces un cuadradito del campo visual o tienen ceguera total”, explicaron desde la Fundación Lucens.

La ‘confusión’ es otro de los síntomas de un ataque cerebrovascular y se manifiesta a través de la desorientación, no se reconoce a las personas, no se sabe qué día es y se pueden manifestar dificultades en el habla.

Hay que recordar que la atención temprana ante alguno de estos síntomas puede prevenir secuelas importantes. 

Prevenir una ACV es, en definitiva, cuidar la calidad de vida.

Lo que se puede modificar
Entre los factores de riesgo están, por un lado, los que se pueden modificar y hacen a la calidad de vida de las personas y, por el otro, aquellos que se denomina factores de riesgo no- controlables.

Estos últimos están representados por la edad, el sexo y antecedentes hereditarios. Gabriela Orzuza, especialista en este tipo de ataques contó que los pacientes que se atienden en el servicio son los que ya tuvieron un ataque cerebrovascular. ¦“Hay un promedio de cuatro paciente nuevos internado por semana”, contó Orzuza.

Respecto de los factores de riesgo que sí se pueden modificar se encuentran:

Hipertensión
El 80% de las personas que tuvieron un ataque cerebral son hipertensas. Hay que controlar la presión no solo con la medicación sino también disminuyendo el consumo de sal en las comidas, dieta adecuada, entre otras.

Emilio Benítez, director de la fundación Lucens mencionó: “La hipertensión es fundamental. Nadie quiere ser hipertenso porque estas condenado a la medicación, entonces nadie se da por aludido, no se controla la presión y luego vienen los picos de presión”.

Arritmias
Cuando el corazón late en forma arrítmica se contrae de forma irregular y la sangre produce trombos en la aurícula que viajan y pueden tapar las arterias.

La más frecuente de éstas y que aumenta el riesgo de tener un ACV es la Fibrilación Auricular. De allí la importancia del control del pulso. Este tipo de arritmia es tratable y controlable.

Sedentarismo
“Las personas que no hacen actividad física tienen las mismas posibilidades de tener un ACV que aquellas que fuman, comentó

Herrera, quien agregó, “al sedentario se lo define como aquella persona que no camina 30 minutos o más, tres veces por semana”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó, entre otras, que “los adultos de 18 a 64 años dediquen como mínimo 150 minutos semanales a la práctica de actividad física aeróbica, moderada”.

Tabaquismo
Los médicos dicen que las personas asocian el consumo del cigarrillo al cáncer de pulmón, pero en realidad el cigarrillo afecta a las arterias.

“Es fundamental evitar fumar, no por el cáncer de pulmón sino por las enfermedades de las arterias”, expresó Herrera.

“El riesgo de sufrir un ataque cerebral aumenta entre un 50% y un 70% en fumadores y el impacto es mayor en mujeres”, sostiene la Asociación Neurológica Argentina.

Diabetes
“El control de la diabetes es esencial. En la Argentina, el 22% de los pacientes que sufren un ataque cerebral es diabético”, sostiene la Sociedad Neurológica Argentina.

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