La Fiesta de la Papa Andina tuvo una jornada ideal

Como cada año, la jornada se inició con un desayuno caliente, consistente de un mate cocido y bollos, para permitir resistir el frio de las primeras horas de la mañana en la Quebrada del Toro. Seguidamente, Esteban Vilca,  presidente de la cooperativa Teki Masi, dio lugar a la ceremonia de la Pachamama, una costumbre ancestral de los pueblos andinos, para agradecer a la madre tierra los beneficios recibidos. 

Hacia las 10 de la mañana estaba todo ordenado, los puestos de los productores de papa, de artesanías, de comidas, fue en esa hora que empezó a llegar una gran cantidad de visitantes. El playón de deportes estaba lleno de vehículos y también las banquinas. El control del tránsito estuvo a cargo de la policía de tránsito.

Agradecemos la presencia del ministro de Turismo de la Provincia, Mariano Ovejero, quién pronunció unas palabras, compartió una comida con la gente de El Alfarcito y dejó instalado un stand demostrando así la importancia que adquiere para Salta esta fiesta.

Durante todo el día legaban muchos salteños y turistas de Buenos Aires, Chaco, Córdoba, Santa Fe y otras provincias. Al mediodía había una gran cantidad de público. El recambio fue permanente porque mucha gente subió solo a comprar papa andina y se fue. Pasadas las 13 seguían llegando vehículos".

Todos los visitantes fueron a la capilla a visitar a Chifri y contaron que sintieron una paz muy grande.

Los visitantes pudieron disfrutar de la música de los siguientes grupos, solistas y ballet de baile: Inti Yuri integrado por alumnos del Colegio Secundario El Alfarcito, Alma joven un grupo de música andina, Leo Tejerina, Los del Balcón, Miguel Pistan, Malvineros de Salta, Los Ñaños, la Copleras Juanita y Beti, El Chango Palomareño y la Academia de Danzas “Martín Miguel de Güemes.

La Fiesta finalizó con la celebración de la Santa Misa, donde la comunidad de Alfarcito, lo productores de papa andina, comunidades de los cerros de Rosario de Lerma, visitantes y turistas agradecieron a Dios las bendiciones recibidas.

Fuente: Fundación Alfarcito