Un bebé de un año y una niña de tres, que eran hermanos, se encontraban solos en una humilde vivienda.
Tragedia y dolor. Dos hermanitos, Pablo Ismael, de un año, y Candela Marisol Ruiz, de tres, perdieron la vida en un voraz incendio ocurrido en una humilde y precaria vivienda ubicada sobre la ruta provincial 36, kilómetro cinco y medio, que une las localidades de Rosario de Lerma y Campo Quijano.
El hecho se desencadenó ayer después de las 9 en una casita pequeña y construida con cemento, palos, chapas y lonas, situada en la finca “Santa Rita”. El foco ígneo se generó a causa de una vela encendida.
Silvia Alejo (25), la madre de las criaturas, había salido temprano, alrededor de las 8, para llevar a su hija mayor, de cinco años, al jardín de la escuela Luis Gorjón Alvarez, ubicada en Villa Angélica, a un kilómetro y medio de distancia. El padre de los chicos, un peón jornalero, se encontraba trabajando. Pablo y Candela quedaron en el inmueble durmiendo. Durante ese trayecto, la fatalidad se apoderó del modesto hogar y una vela que quedó encendida sobre una mesita de luz, ya que la familia carece del servicio de electricidad, cayó y tomó contacto con material inflamable. Las llamas se propagaron por toda la habitación donde dormían lo niños. Una densa columna de humo se formó y fue divisada por un vecino que llamó al 911 a las 9.05. Un efectivo de una patrulla motorizada del Valle de Lerma, Gerardo Colque (32), llegó rápidamente e irrumpió en la vivienda, pero no hubo caso. La casa había ardió por completo y el fuego consumió hasta la vida de los niños. La escena fue desgarradora: los pequeño se encontraban calcinados uno junto al otro, cerca de una cama. El policía resultó con intoxicación por inhalación de monóxido de carbono por lo que tuvo que ser trasladado al hospital Joaquín Corbalán. A las 9.20 se hizo presente una ambulancia del hospital Francisco Herrera de Campo Quijano y luego de 10 minutos arribó personal del Departamento de Bomberos Voluntarios del Valle de Lerma. El CIF (Cuerpo de Investigaciones Fiscales) se constituyó para el levantamiento de indicios. A las 12.25 los cuerpos de los niños fueron retirados por personal de Bomberos.
Tristeza
Momentos de profundo pesar se vivieron alrededor de la finca donde ocurrió el siniestro. Unos ocho familiares, entre tíos maternos y paternos de los chicos, lloraban desconsolados aferrándose al alambrado perimetral de la finca. Un patrullero y un cordón policial de cuatro efectivos impedía el acceso a la prensa. “Nadie puede pasar hasta que finalicen las pericias”, argumentaron.
“Esto no fue culpa de nadie. No fue a propósito. Yo le decía que no dejara la vela. Ella decía que se levantaban temprano los chicos. Justo hoy la dejó”, se lamentó un familiar. Cuando un abuelo de los chicos y la hermana mayor de los mismos llegaron al lugar, ambos recibieron la lamentable noticia y seguidamente la contención de un psicólogo del 911 y del Gabinete de la Municipalidad de Campo Quijano a cargo de Cristina Diez.
El lugar
La familia Ruiz reside en la finca Santa Rita porque el dueño del predio les cedió el lugar para que se desempeñen como peones jornaleros, según informaron fuentes policiales.
La vivienda está situada a 200 metros de la ruta provincial 36. Hacia la izquierda existe un campo sembrado, otra área donde pastan vacas y caballos y corrales de animales.
En el sector de la derecha hay un extenso canal de riego.
La familia subsiste por el cultivo y la cría de animales.
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