Los Quijaneños Álvaro Álvarez y Emilio Stucky ya se enfrentaron dos veces en el TNA, la segunda categoría de básquet más importante del país.
De las tantas veces que encestaron al aro en el club Sportivo, ¿cuántas veces habrán soñado con estar en un estadio repleto, disputando un partido profesional? Hoy, los primos Álvaro Álvarez y Emilio Stucky viven eso que imaginaban de chicos en su Campo Quijano natal.
Familiares directos (Emilio es hijo de la hermana del padre de Álvaro), nacidos a cuatro cuadras y de 21 años, era prácticamente imposible que los primos sean inseparables, pero a nadie se le hubiese ocurrido que años después a uno lo toque marcar a otro en la segunda categoría del básquet argentino.
Álvarez desde hace dos temporadas está en Salta Basket, mientras que Stucky hace varios años es parte del plantel de Uncaus. El 25 de este mes, por segunda vez en el año, infernales y chaqueños se enfrentaron y, antes del encuentro, los primos hablaron con El Tribuno.
"La verdad es que estamos viviendo un sueño. Comenzamos juntos, Álvaro siempre fue mi compañero desde que arrancamos a jugar. Era una competencia que nos hacía crecer a los dos. Ahora me toca enfrentarlo y es increíble, como lo fue cuando jugamos juntos en Uncaus (hace tres temporadas y llegaron hasta las semifinales del Torneo Federal)", comentó Emilio y añadió que jugar en el Torneo Nacional de Ascenso "es el sueño de cualquier chico poder llegar, porque es una categoría profesional".
Álvarez agregó: "Me pasa lo mismo, más allá de que seamos primos hermanos. Nos tocó de estar siempre juntos desde que arrancamos a jugar al básquet, a los 15. También se dio la particularidad que comencemos a una edad siendo no tan chicos".
Ambos recordaron que siempre se juntaban en el club Sportivo y ahí se enamoraron de la naranja. Aunque fue el alero de Salta Basket quien arrancó primero y poco tiempo después se fue a Olímpico de La Banda, Santiago del Estero. Stucky también hizo el bolso, pero se fue a Chaco.
Esta vez fue para Álvaro
Hasta antes del segundo duelo de salteños y chaqueños, los dos equipos llegaban con la misma cantidad de puntos en once jugados: cinco victorias y seis derrotas. La pulseada personal, sin embargo, estaba a favor de Emilio, porque en Roque Sáenz Peña el 22 de octubre los locales ganaron 80 a 68.
Ahora, quien se fue feliz fue Álvaro, porque los infernales derrotaron a la Universidad Nacional del Chaco Austral por 90 a 84 en tiempo suplementario.
Con respecto al primer choque, Álvarez reconoció que "ese día en Chaco nos comimos una 'cagada'". Aunque señaló que en el Delmi para ellos iba a ser una revancha y una victoria los dejaría en un lugar privilegiado en el último partido de la primera etapa.
Volviendo al pasado, recordaron que tenían en común el camping. "Ahí nos entrenaban Juan Carlos y Ramiro Díaz Cuello. Estábamos horas y horas los fines de semana", dijo el actual alero de Uncaus.
"Juntos en Campo Quijano (una localidad de 8.000 habitantes), pasábamos las fiestas de fin de año, cumpleaños. Por eso creo que para nuestra familia también debe ser muy especial", contó Álvaro.
"Ellos deben estar ansiosos que juguemos. Estas cosas que nos pasan son muy lindas", cerró el 10 de los infernales.
Por su parte, el 4 de Uncaus reconoció que en poco tiempo "me gustaría jugar con Álvaro y claro que sería lindo jugar en Salta Basket. La movida que hay acá motiva mucho".