Las comunidades de la
Quebrada del Toro y varias instituciones organizaron un emotivo homenaje para
el próximo fin de semana.
El 23 de noviembre de
2011 Salta enmudeció ante la noticia de la muerte del padre Chifri, ese
insoslayable protector de los pueblos de la Quebrada del Toro, pueblos por los
que trabajó incansablemente para que sus habitantes tuvieran un futuro mejor,
lejos del desarraigo y la indiferencia.
Los organizadores
aguardan la llegada de cientos de personas desde distintos puntos de la
provincia. “La gente quiere expresar su profundo agradecimiento a Dios y al
padre Chifri por todo lo que hizo. Su ejemplo de vida nos anima a seguir con su
obra en Alfarcito”, contó a El Tribuno el padre Alejandro Pezet, párroco de la
iglesia Santa Rita, de Rosario de Lerma, y amigo de Chifri, con quien compartió
los años de seminario.
Emotivo recordatorio
Los homenajes comenzarán
el jueves 22, a las 8.30, en el Instituto Rosario de Lerma (9 de Julio 150).
Allí se bendecirá un mural exterior en el Instituto Rosario de Lerma, donde
Chifri fue capellán cuando llegó a Salta, en 1999.
El mural fue realizado
por el grupo artístico “Desde adentro”, integrado por alumnos de la Escuela de
Bellas Artes de Salta y el grupo Valores.
La misa en memoria de
Chifri se realizará el viernes 23, a las 10.30, en la capilla de Alfarcito.
Estará presidida por monseñor Dante Bernaki.
Luego habrá un almuerzo a
la canasta con las comunidades de la Quebrada del Toro.
A las 19.30 en la
parroquia Santa Rita, en la ciudad rosarina, se descubrirá una placa en honor
al sacerdote. Luego se realizará una misa y homenaje con videos y testimonios
de su labor pastoral y sus enseñanzas.
Finalmente, el domingo
25, a las 18.30, sus queridos alumnos del colegio de alta montaña presentarán
“Expresiones de El Alfarcito”, con la actuación de banda de sikus, coplas,
danzas y obras teatrales.
Abnegada labor
Hoy la obra de Chifri
continúa a través de la Fundación Alfarcito, compuesta por voluntarios de Salta
y Buenos Aires. Esta organización sin fines de lucro trabaja para implementar
proyectos productivos para el desarrollo de las 25 comunidades de la Quebrada.
El mayor legado del padre
Chifri es, sin duda, su ejemplo, evidente en sus férreas palabras: “Trato de
hacer todo el bien que puedo”.
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