viernes, 19 de abril de 2013

Recomendaciones del Ministerio de Salud para prevención de enfermedades respiratorias


La lactancia materna para niños menores de dos años, ventilar los ambientes, en especial cuando hay fumadores y la vacunación antigripal, son algunas de las herramientas para evitar las infecciones respiratorias agudas.

Los niños y adultos son proclives de contraer durante las épocas de bajas temperaturas, infecciones respiratorias como gripes de varias cepas, bronquitis, neumonía, y lo más habitual en los lactantes, la bronqueolitis, causada por el virus sincicial respiratorio.

En este marco, el Ministerio de Salud Pública recomienda tener en cuenta los siguientes métodos de prevención:

Lactancia materna
La leche materna es la mejor protección para los niños contra infecciones respiratorias, pues aporta los anticuerpos necesarios para prevenir un contagio. Asimismo evita las alergias alimentarias, diarreas, infecciones urinarias y de oídos, además de contener los nutrientes que necesita el lactante, de acuerdo a la madurez de su aparato digestivo.

Asimismo, la lactancia materna reduce el riesgo de enfermedades en las mujeres, disminuye el riesgo de cáncer de mama y de ovarios, además de anemias, fractura de cadera, entre otros.

Las recomendaciones de la OMS y el UNICEF respecto de la alimentación óptima del lactante y el niño pequeño son:
  • Inicio inmediato de la lactancia materna en la primera hora de vida. Esto favorece la prendida al pecho y evita las hemorragias maternas.
  • Lactancia exclusivamente materna durante los primeros 6 meses de vida.
  • Introducción de alimentos complementarios seguros y nutricionalmente adecuados a partir de los 6 meses, continuando la lactancia materna hasta los 2 años o más.

Cuidado ambiental del humo de tabaco
El humo ambiental de tabaco contiene miles de productos químicos de los cuales al menos 250 se sabe que son tóxicos o cancerígenos.

No existe un sistema de ventilación que pueda eliminar del aire los contaminantes del humo de tabaco. Para lograrlo, debería crear un flujo de aire con una fuerza equivalente a un huracán lo cual no es factible de lograr.

La separación física de fumadores y no fumadores no protege a estos últimos del humo, aún cuando estén en habitaciones separadas. Los sistemas de ventilación que tienen los edificios mezclan el aire contaminado con el aire limpio. Por lo tanto, sólo los ambientes 100% libres de humo de tabaco protegen a la población.

Es importante que en los hogares se tenga en cuenta esta situación evitando fumar y contaminar el ambiente para preservar la salud de los integrantes de la familia. El cigarrillo potencia las complicaciones respiratorias.

Vacunación
La vacunación antigripal es aconsejable para prevenir enfermedades respiratorias en grupos de riesgo.

La antigripal trivalente se aplica contra las cepas de los virus de influenza A (H1N1), A (H3N2) y B.

Las dosis son aplicadas en los vacunatorios de los centros de salud y hospitales, a trabajadores de la sanidad, mujeres embarazadas en cualquier mes de gestación o que hayan dado a luz en los últimos 6 meses (puérperas), niños desde los 6 meses de edad hasta los dos años y pacientes mayores de 65.

Además, serán inmunizadas las personas comprendidas entre los 2 y los 64 años inclusive, que no cuenten con cobertura social y padezcan enfermedades respiratorias o cardíacas, inmunodeficiencias congénitas o adquiridas (como el HIV), pacientes oncohematológicos y trasplantados, obesos mórbidos y diabéticos; los que deberán presentar prescripción médica para su colocación.

Lavado de manos
La higiene de manos es absolutamente esencial para prevenir enfermedades respiratorias agudas y graves.

Lavarse las manos es un gesto cotidiano para la mayoría de las personas del mundo. Sin embargo, lavarse con agua y jabón no es tan frecuente pues millones de personas utilizan únicamente agua para lavar sus manos, incluso en los denominados "momentos críticos" (antes de comer o preparar comida, después de ir al baño o de cambiarle los pañales a un bebé, etc.).

No lavarse las manos o no usar jabón supone un riesgo de propagación de patologías infecciosas.

En lugares cerrados y abiertos, las manos son el vehículo más habitual para el contagio de patologías respiratorias, ya que están en contacto permanente con superficies que pueden contener agentes transmisores de enfermedades.

Por consiguiente es importante mantener sus manos limpias antes de la atención de un bebé o niño.

La utilización de alcohol en gel es posible pero no reemplaza al uso del agua y jabón, además su utilización constante puede provocar lesiones en la piel.

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