Un matrimonio salió rumbo a su pequeña finca, a 3.500 metros de altura y 10 horas de viaje a pie desde El Alisal. Como no se tenían noticias de la pareja, sus hijos fueron en su búsqueda, pero ellos tampoco regresaron.
Feliz, la familia pidió disculpas por el susto y molestias que había ocasionado y dijeron que éstas se generaron a raíz de una serie de confusiones que derivaron en una denuncia por desaparición radicada por el abuelo de la familia, Juan José Navamuel (69), en la Subcomisaría de Campo Quijano.
El matrimonio compuesto por Elena del Carmen Navamuel (48) y Juan Carlos Bejarano (53), hace un tiempo compró una pequeña finca en la zona de El Alisal, ubicada en el paraje Las Arcas, situado en los cerros precordilleranos, a 53 kilómetros de Campo Quijano y a unos 3.500 metros de altura sobre el nivel del mar. Solo se puede acceder a caballo o a pie, recorrido que lo vienen haciendo con cierta regularidad desde que adquirieron el predio.
En esta ocasión, el jueves 20 de junio llegaron a El Alisal y al día siguiente la pareja decidió subir a su propiedad. No tenían caballos, motivo por el cual caminaron alrededor de 10 horas. Después de realizar -durante dos días- las tareas previstas y de descansar en el puesto del gaucho Guitián, declinaron bajar hasta El Alisal, donde habían dejado su vehículo, ya que las condiciones del tiempo eran desfavorables, llovía copiosamente y el frío calaba los huesos, al margen de que no había caballos descansados en la zona, como esperaban.
El domingo, al no regresar sus padres, tal como estaba previsto, los hijos de matrimonio, Nicolás (28) y Juan Ignacio (20), decidieron ir a buscarlos. Temían que les hubiese ocurrido algo, lo peor. El lunes, después de tratar infructuosamente de comunicarse con ellos vía celular -en la zona no hay casi nunca señal-, los jóvenes emprendieron el camino, también caminando, dejando sus autos estacionados al pie del cerro.
Los muchachos iniciaron la travesía a duras penas ya que el clima, con frío, humedad y una niebla intensa, hacía que cada paso fuera un riesgo. Por ello decidieron detenerse, armar un campamento, cobijarse de la mejor manera posible, a la espera de que al amanecer siguiente podrían reconocer el terreno y seguir su derrotero. Es así que el martes llegaron hasta el puesto de Guitián, encontrándose con sus padres, que afortunadamente se hallaban bien y esperaban que el clima les permitiera descender.
Estando ya la familia reunida, decidieron descansar ese día y emprender el regreso ayer miércoles, a caballo, con animales ya en condiciones, facilitados por el puestero.
Antes de emprender la partida, Elena, que calentaba el cuerpo tomándose unos mates, encendió la radio a pilas que portaban, sintonizó la AM 840 Radio Salta y escuchó que la Policía había iniciado una búsqueda desesperada de todos ellos, ante la falta de noticias. “Nosotros estábamos bien, pero cuando escuché el informe que proporcionaba la emisora, decidimos bajar de inmediato”, dijo la mujer. Cuando ya estaban descendiendo por la senda, se encontraron con tres efectivos policiales especializados en el rescate en alturas, que estaban en su búsqueda, quienes les comentaron que también eran rastrillados por vía aérea en un helicóptero del Sistema de Emergencias 911.
El alerta de los parientes de la familia Bejarano se produjo por la desesperante falta de noticias y el despliegue del operativo policial se basó en situaciones análogas, en las que excursionistas se han extraviado y puesto en riesgo sus vidas en esa zona, que se caracteriza por nubes bajas, fríos extremos hasta en verano y vegetación muy cerrada.
Un sereno de una empresa de servicios viales que fue entrevistado por los uniformados comentó que había visto pasar al matrimonio y que el lunes vio partir a los muchachos. El hecho de que ninguno de los cuatro apareciera fue lo que generó gran temor y disparó la búsqueda, que tuvo un final feliz.
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