Marcelo Ovando es docente del Centro Polivalente de Arte, allí enseña piano. En La Silleta, su pueblo natal, Yuyo, como lo conocen, no es uno más.
Desde 2006 abrió un espacio gastronómico en el cual el arte y la cultura en sus distintas expresiones son los protagonistas.
¿Qué rol juega el arte en tu vida?
Mi padre es un verdadero gaucho y mi madre, maestra rural. El arte es mi vida, está en mis raíces. Te da una mirada diferente que permite descubrir el encanto de la realidad. Es un instrumento para construir y para ser altruista.
Mis padres, conocidos como Rama Seca y la Coya, siempre dieron cobijo en su casa a los gauchos en tiempos difíciles y en las previas a los eventos patrióticos y religiosos.
Durante los 70 y 80, los vecinos se juntaban en el patio de la casa e improvisaban bailes. Mi niñez transcurrió entre los encuentros de músicos, poetas, gauchos y cantores.
De alguna manera seguís la línea familiar...
Sí. Quería recrear ese mismo encuentro con la gente del pueblo, revalorizando la cultura local y las tradiciones. En 2006 pusimos en marcha El Farol, un comedor campestre. Pero es más que eso: es un lugar de encuentro, especialmente para las familias.
Se trata de un espacio donde se revaloriza la gastronomía regional y la cultura con degustación de productos autóctonos y distintas muestras de arte y exposiciones.
También es un punto de encuentro de artesanos, músicos y bailarines con los vecinos mismos de La Silleta, Quijano y Rosario de Lerma, incluso de Salta capital. El arte es un valor agregado fundamental.
¿Cuál es el evento que más te emocionó y por qué?
Fue la finalización de uno de los tantos ciclos culturales que realizamos a lo largo de estos años. Nos demandó un esfuerzo y un sacrificio enorme, pero lo logramos y salió todo bien. Había 500 comensales y un gran escenario. Se realizó un desfile de caballos Peruano de Paso, criollos y de salto. Luego, una muestra de óleos de gran porte en homenaje a la Pachamama, un desfile de modas y se presentó una orquesta de cámara... Fue todo una locura, pero era el logro de un gran sueño: reunir a todos en un ambiente festivo.
También me emociona cuando hacemos un servicio a domicilio. Hay muchos que por cualquier circunstancia no pueden salir de sus hogares.
La invasión de aromas en el domicilio y el vecindario, la llegada de la hora del almuerzo y la cara de los comensales es impagable.
¿Qué proyectos tenés para este año?
Esperamos reiniciar los ciclos culturales en abril próximo. Este año también realizaremos giras con galerías de arte itinerantes, recitales e intervenciones artísticas benéficas, entre otros.
Ahora estamos modificando El Farol para contar con un espacio para que los artistas presenten sus producciones de manera gratuita a la par de una muestra permanente de elementos gauchescos.
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